El término “Pirograbado” nace de
la unión de las palabras griegas “piros” (fuego) y “graphos” (escritura). Es
una técnica que permite grabar, principalmente, la madera de forma decorativa o
artística, y jugando con las intensidades poder dar diferentes tonalidades e
incluso sensación de volumen a la obra.
El aparato que permite la
ejecución de esta técnica recibe el nombre de “pirógrafo”, el cual puede ser de
una, dos o cuatro tomas.
Mediante un mango al que se le enrosca unas puntas, transforma la energía eléctrica en calor y hace que éstas se pongan al rojo vivo para poder llegar a grabar la superficie elegida gracias a un regulador de intensidad integrado en el propio pirógrafo.
Mediante un mango al que se le enrosca unas puntas, transforma la energía eléctrica en calor y hace que éstas se pongan al rojo vivo para poder llegar a grabar la superficie elegida gracias a un regulador de intensidad integrado en el propio pirógrafo.
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